Parafraseando a Publio Terencio Africano diré que: Soy hombre y por lo tanto nada de lo humano y de todo ser viviente que viva en la tierra y en el universo me es indiferente y ajeno a mi vida.
Como dijo Anaxágoras: Todo tiene que ver con todo.








lunes, 4 de agosto de 2008

CONSENSOS Y DISENSOS

TEXTO PUBLICADO EN www.pasosmagazine.com.ar


Por Lic. Sergio L. R. Dalbessio*

Estos meses ninguno que viva en Argentina pudo ser ajeno a un conflicto que nos tuvo como protagonistas y nos involucró a todos los que somos ciudadanos argentinos, nadie pudo ser mero espectador.Más allá de las ponderaciones técnicas, políticas y económicas que pueden resultar del análisis que se desprende de estos meses en que el campo y el gobierno nacional sostuvieron un puja que tuvo una larga serie de derivaciones, lo importante es rescatar algunas palabras y elementos que nos sirven para enhebrar este texto y reflexionar sobre los consensos y los disensos.

Unas semanas atrás leyendo el periódico del domingo me llamó la atención una foto, estaban el ex - presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso velando los restos de su esposa Ruth, y a su lado el actual presidente Luiz Inácio Lula Da Silva junto a su esposa acompañándolo. Un momento de dolor, dos personas -uno que ocupó y otro que ocupa- la alta magistratura de un país, de partidos e ideologías diferentes y hasta podríamos decir contrapuestos, sin embargo juntos, acompañándose, como verdaderos seres humanos, como estadistas, como hombres que honran el cargo para el cual fueron elegidos.

De ahí comencé a pensar en tantas agresiones verbales y físicas, en tanto aliento a la violencia -como si en nuestro país no la sufriéramos desde hace tiempo-, tantas palabras que llevaban como objetivo generar divisiones, tantas peleas como único método de manifestarse políticamente. Cuantas actitudes interiores se fueron desnudando todo este tiempo, del cual parece que fue hace un siglo, pero terminó -por lo menos mediáticamente- hace muy pocos días.

Como comunidad política, como país, nosotros los ciudadanos que habitamos Argentina tenemos que replantear actitudes, gestos y palabras. El otro no es mi enemigo, el otro es quien construye conmigo la comunidad nacional. La descalificación no conduce a buen puerto, el debate, la defensa de las ideas se da en el plano que confrontarlas con altura y con escucha.Los grandes temas de nuestra Nación no se pueden dirimir como si fueran una puja deportiva donde hay que ganar, y sino se gana no vale. Los grandes objetivos que nos deben guiar caminando hacia el bicentenario de nuestra Patria deben darse en el marco de consensuar los temas que nos atañen a todos.

Pensar en políticas de largo alcance donde las mismas sobrevivan al gobierno de turno. Tener claro que todos los puestos de gobierno que emanan de nuestra Constitución Nacional son de servicio y se deben ejercer en bien de todos aquellos que habitamos este país. Política exterior que nos permita recuperar los espacios que nos posicionen como aquellos que sabemos hacer negocios y también colaborar solidariamente en las coyunturas que vivimos a nivel mundial.La Constitución Nacional debe ser nuestra guía, un libro que debemos conocer, consultar y tener como la palabra que nos reúne entorno a la mesa que compartirnos como Nación, como Patria, como comunidad que crece con disensos porque va en búsqueda de los consensos.Mucho escuché y leí en estos meses.

No pude quedar al margen del conflicto que mencionáramos al iniciar este articulo; pero dos textos me devolvieron la confianza y la alegría de saber que muchos somos los que estamos construyendo este paso de ser habitantes a ciudadanos, para no ser meros espectadores y convertirnos en protagonistas de la historia actual de nuestra tierra.

Esos textos son: "De habitantes a ciudadanos" promulgado por la Comisión de Paz y Justicia del Episcopado Argentino (www.justiciaypaz.org), un documento claro, preciso, realizado con metodología y rigurosidad académica que nos involucra en cada uno de sus temas, y el otro es el libro del Rabino Sergio Bergman "Argentina ciudadana" (www.argentinaciudadana.blogspot.com), libro que nos va consustanciando en tener una espiritualidad cívica e invitándonos a ser parte de esta construcción nacional.Una vez más debemos seguir apostando al dialogo, al encuentro, a no tener miedo a debatir nuestras ideas pues solamente así podremos madurar y crecer como comunidad nacional.

Sueño que un día en nuestro país, en cada acto importante, todos aquellos que ocuparon la primera magistratura se puedan sentar juntos como gesto de madurez sellando así un pacto de verdaderos estadistas. Y nosotros los ciudadanos podamos vislumbrar que ellos tuvieron como único interés al ocupar el sillón de Rivadavia: el bien común de todos los habitantes de este país.

sdalbessio@yahoo.com.ar

lunes, 14 de julio de 2008

La red del pescador por Xavier Rubert de Ventós, publicado en diario El País.



La red del pescador
XAVIER RUBERT DE VENTÓS 06/07/2008


Los dioses castigan tanto a Prometeo como Adán por curiosear más de la cuenta; por su pretensión de romper el monopolio divino del conocimiento y repartirlo entre los mortales. Para nuestros teóricos de Internet, la Red sería hoy su reencarnación: el nuevo héroe que rompe el monopolio institucional de la información para distribuirlo entre los usuarios de Google.

El exceso de información de Internet tiende a generar confusión.
El término red -o en red- ha venido asociándose desde entonces a una libre y masiva difusión de los saberes. Frente a su tradicional distribución jerárquica y parsimoniosa, estos saberes se estarían haciendo hoy inmediatamente, democráticamente accesibles a todos.
Pero no nos precipitemos: mejor quizá demorarnos por un momento en las palabras mismas y su aura. Nietzsche decía que "las palabras son metáforas que hemos olvidado que lo eran". Ahora bien, si dejamos que las palabras repercutan en nosotros, que nos golpeen con toda la carga de su origen, pronto descubrimos que la palabra red evoca un universo de asociaciones muy distinto, opuesto incluso al anterior.
Entonces la palabra red no nos sugiere algo que difunde sino algo que más bien retiene; no nos suena tanto a acumulador o difusor como a filtro o malla que captura ciertos elementos (peces o datos) y permite a otros pasar. Y lo decisivo es entonces la trama más o menos tupida de nuestra red; de una red que nos permita atrapar todos -y sólo- los datos o informaciones relevantes para el caso que nos ocupa.
¿Y no será -me pregunto ahora- que en el saber, como en el pescar, lo importante es la correspondencia entre el tupido de la red y el tamaño de la presa a capturar? Una cuestión de ajuste, de encaje, adecuación, acomodo o como quiera llamársele. En todo caso, no una cuestión de pura cantidad o intensidad. Y así son al cabo -pienso aún- todas las operaciones delicadas, sean de la naturaleza que sean: sea el Faeton de Ovidio siempre en peligro de ser víctima del "calentamiento global", sea la observación microscópica de Heisenberg, que, como la mirada del Basilisco, puede distorsionar o incluso matar lo observado, sea la candela que, según dicen los mexicanos, no hay que colocar "ni tan cerca que queme al santo ni tan lejos que no le alumbre".
Esta cuestión de acomodo o proporción ha sido abordada por Manuel Castells, pero parecen olvidarla en gran número de estudios sobre la Sociedad de la Información. Y ello contra toda evidencia de que la pura acumulación degenera a menudo en atasco; de que pocas veces, si alguna, lo máximo resulta ser lo óptimo.
La máxima información, en efecto, tiende a generar confusión: Aranguren fue mi mejor maestro precisamente porque me señaló los textos y libros que no era necesario leer (Wikipedia, por el contrario, me ofrece demasiados). El continuo flujo de moribundos en pateras nos escandaliza, ciertamente, pero a menudo nos coarta y paraliza toda respuesta personal frente a algo que parece rebasarnos. La competencia rápida y fácilmente adquirida -el pollito que sale del huevo y ya anda- es propio de especies inferiores que no alcanzan "adolescer" de una larga adolescencia. El crecimiento desmesurado y sin control de una célula es lo que los médicos llaman metástasis o cáncer.
Y así en todo: incluso en la memoria más gigas de la cuenta, como la del pobre Funes borgiano incapaz de olvidar nada, ahíto de bites, atontado. Como les ocurre a menudo a nuestros ordenadores, Funes había perdido aquella "capacidad de olvido" ensalzada por Rousseau: "Aquel defecto de memoria que nos deja en el feliz estado de tener la suficiente para que todo nos sea comprensible pero carecer lo bastante de ella para que todo nos aparezca como nuevo".
Kant advirtió ya que la pura información sin criterio alguno de selección es ciega. Bacon y Popper añadieron que la naturaleza es muda mientras no aprendemos a hacerla hablar con preguntas a la vez pertinentes e intencionadas (crueles incluso, según Bacon, que comparaba el laboratorio moderno al torno con el que el Gran Inquisidor hacía "cantar" al hereje -un hereje que hoy sería el ADN o los agujeros negros-).
Norbert Wiener fue más preciso todavía: "Existe un techo al número de variables o de informaciones con las que podemos operar y que sabemos manejar operativamente". Un techo del que era bien consciente un veterano político, sobrado y lenguaraz, que me aconsejaba en el Parlamento la siguiente estrategia informativa para con los miembros de la oposición: "Si no puedes darles menos información de la que necesitan, dales más de la que pueden asimilar: colápsalos".
Ciegos, mudos, colapsados: así es, en efecto, como puede dejarnos una eufórica utilización de la Red que olvide su parentesco lógico y etimológico con la red del pescador.
Xavier Rubert de Ventós es filósofo.

sábado, 12 de julio de 2008

EDUCACIÓN Y TRÁNSITO

La ley, un camino de encuentro y respeto
Una experiencia personal
Por Lic. Sergio L. R. Dalbessio*
(se recomienda leer www.pasosmagazine.com.ar)
Desde hace un tiempo a esta parte, el tránsito y los accidentes parecen ser los temas más recurrentes con los cuales nos topamos diariamente los argentinos, sin dejar de lado la inseguridad, la inflación y todos aquellas temáticas que se desprenden en un país donde nos cuesta apegarnos a la ley. En estos días de un largo feriado, que juntaba la fiesta religiosas de la Semana Santa y el día de la Memoria, la Justicia y la Verdad, fue un buen momento para salir a dar vueltas en automóvil por la gran ciudad. En un vehículo conducido por mi hijo, quien está manejando desde hace poco tiempo, salimos de paseo por distintas avenidas y calles del gran Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El propósito era muy simple: adquirir hábitos en el conducir, además de poner a prueba su novel credencial de conductor. Frenar en los semáforos, ceder el paso a quien corresponda, poner la luz de giro, estacionar cerca del cordón, no adelantarse por la derecha, respetar la velocidad máxima y tantas otras reglas que él aplicaba a rajatablas, según lo había aprendido. Pero mientras él cumplía con las normas enseñadas y en vigencia, otros automovilistas se cruzaban de izquierda a derecha sin luz de giro, pasaban los semáforos en rojo, tocaban bocina pidiendo paso en lugares donde la velocidad no debía exceder los sesenta kilómetros, los taxistas y choferes de colectivo se cruzaban sin el menor respeto al que venía circulando por el otro carril fueron observaciones que iba viendo y me comentaba que eran transgresiones. Como vemos, entre lo que dice la ley y lo que se hace el trecho es demasiado largo. Sin embargo, en ese trayecto de no respeto por las normas se juegan vidas humanas. Leyes viales, de emergencia o no, controles en algunos momentos para la televisión no son suficientes y, por lo tanto, hasta diría que no sirven en absoluto. El vivo, el pícaro es aquel que transgrede la ley en forma permanente. Los que cumplimos las mismas somos tontos. Me apego a la idea de que debemos comenzar a cambiar formas de pensamiento, que atentan en el fondo con lo más preciado que tenemos que es la vida y todo aquello que a partir de vivir podemos realizar: crear, proyectar, disfrutar y generar en pos de una sociedad inclusiva. La escuela siempre es un referente importante. La escuela nos crea hábitos, nos enseña a desarrollar nuestras ideas, a asociarlas, a confrontarlas. Es un sitio donde pasamos gran parte de nuestro día y de nuestros primeros años de vida. Pero la escuela no puede –ni debe actuar sola-, la familia es aquel soporte que el niño o niña debe encontrar para reafirmar las ideas y los conceptos vertidos en las aulas y en los pasillos del edificio escolar. Si los docentes -en todos sus niveles- enseñamos a respetar al otro, a discutir las ideas, a que la ley es un elemento que nos pone a todos en la misma raya de largada, no puede ser luego destruida con el ejemplo de un padre o madre que, con tal de que su hijo/a no llegue tarde, estaciona en tercera o cuarta fila, toca bocina desaforadamente, dobla con el semáforo en rojo o bien insulta a quien ha cumplido la ley. Porque muchas veces de esta manera se borra con el codo aquello que se ha escrito con la mano. Lo descrito es diario, habitual y lo puede observar cualquiera que se pare diez minutos frente a un colegio, en el horario de entrada o salida del alumnado. Muchos hablan de reforzar la alianza de la familia y la escuela que parece rota desde hace mucho. Quizás en este tiempo sea importante que busquemos, desde el conocimiento y respeto por la ley, un caminar juntos entre familia y docentes. Los funcionarios pasan, las emergencias viales no concluyen nunca o no se aplican directamente, y los accidentes crecen día a día. Lo más terrible que esos accidentes, que son meras estadísticas para diarios, revistas, radios o canales de televisión, es para cada uno de nosotros personas concretas que ya no están. Personas que ven truncadas sus vidas, sus proyectos, sus sueños, sus ideales. Es un tema -la seguridad vial y el respeto por la ley- que no debemos eludir como docentes, porque somos formadores y porque debemos proteger la vida. De seguir -un gran parte de los argentinos/as- en nuestra diaria violación a la ley y no apegándonos a la vida, quizás en un tiempo no muy lejano tengamos que tener un feriado que recuerde a las víctimas de accidentes viales, y eso sería demasiado para un país que desea insertarse en el concierto de las naciones y países más avanzados.
sdalbessio@yahoo.com.ar

ARTÍCULO PUBLICADO EN PASOS MAGAZINE

Entre Paulo Freire y Matrix: Reflexiones del estudiante "virtual"
Por el Lic. Sergio Dalbessio*En el ciberespacio la globalización no es un mero concepto o teoría sino que se convierte en una experiencia real y concreta de la misma.Los cibernautas nos unimos entre sí por computadora y medios electrónicos para acceder, transmitir, reelaborar y circular en forma solidaria -entendiendo que la aplicación del término solidario se hace en forma pragmática, utilitaria y no en un sentido ético de encuentro y ayuda. Quizás el término correcto sea colaborativa, coparticipativa- la información con la voluntad expresa de intercambiar experiencias, servicios, bienes y también afectos.Podemos decir que la red adquiere una forma humana, se humaniza, nos facilita una forma de trabajo de la cual podemos gozar y de alguna manera podemos volcar en la red nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestras ideas y porque no nuestros sentimientos. La cultura internet que está en formación desarrolla en los usuarios adultos un proceso de aprendizaje social hacia nuevas formas de comportamiento.Dentro de esta parte de nuestra cultura que es internet podemos afirmar o decir que el correo electrónico (e-mail) y el chat han provocado un salto cualitativo en el concepto de proximidad entre personas, incorporando en forma incesante y constante nuevos códigos culturales y nuevos hábitos.En el ciberespacio se debilitan los protocolos y condicionamientos sociales que pesan habitualmente sobre la comunicación y los vínculos.Podemos percibir una mayor aceptación de las diferencias individuales y culturales. Se pueden evitar o bien minimizar los roces y conflictos derivados de la convivencia.Los cibernautas pueden desarrollar una nueva personalidad que puede diferir de un grado mínimo a un grado máximo con la personalidad que desarrolla en sus espacios habituales y en forma cotidiana.Las nuevas tecnologías nos han posibilitado acceder al conocimiento a través de la creación de universidades y escuelas secundarias virtuales. Como reza en el portal de una universidad virtual de nuestro país el proyecto educativo virtual de construye con el objeto de responder a las necesidades de la sociedad del nuevo milenio, construye una propuesta de formación permanente de calidad, abierta, interactiva y flexible, a través del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Al integrarnos a un aula virtual nos convertimos en parte de un grupo de personas que se conectan por una temática común como lo es la cursada de una materia en pos de un objetivo que es un título y cuyo enriquecimiento se da a través del conocimiento.Dicha integración de las tecnologías de la información y la comunicación en pedagogía representa un desafío, y los problemas que inevitablemente la acompañarán deben ser manejados, a la vez, con dinamismo y prudencia. Uno de los componentes claves de la buena enseñanza es el intelectualmente estimulante intercambio de ideas, que se realiza a través de interacciones significativas que ocurren entre profesores y alumnos y entre los mismos estudiantes. Según Vigotsky, la interacción es uno de los más importantes componentes de cualquier experiencia de aprendizaje.Podemos decir -desde la experiencia personal- que las nuevas tecnologías vienen a potenciar nuevas formas de vincularnos, de comunicarnos, de crear y transformar nuestras relaciones en pos de lograr una globalización más humana, que incluya a todos y por tanto no sea excluyente. El correo electrónico, el MSN O chat, -como medios- más que posibilitadores resultan propiciadores y facilitadores de ciertos tipos de contactos interpersonales que las personas, alumnos/as y profesores/as en este caso, desean establecer y mantener. Aunque estos cursos de internet parecen poder generar una mayor motivación en los estudiantes, no debemos engañarnos y pensar que basta con presionar la tecla "enter" para que todo salga bien. Un docente que quisiera impartir un curso por internet, como lo subraya Loughee (1998), debe construir el plan de clases, con todas las piezas, teniendo en cuenta elementos que en una clase normal correspondería verificar, tales como que la puerta no esté cerrada con llave, que las lucen estén prendidas, que el retroproyector esté bien conectada a la fuente de energía, que las páginas que se leerán el martes traten temas que se relacionen con el curso, que el pizarrón se encuentre frente a la clase y que los estudiantes estén correctamente acomodados.
*Licenicado en Educación sdalbessio@yahoo.com.ar

martes, 1 de julio de 2008


Mi esposa Cristina junto a nuestro hijo Juan Cruz Salvador.
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Junto al Profesor Pedro L. Armano, juntos hemos escrito el libro "Educación: ¿problema o dilema?", además nos une una amistad que cultivamos desde hace casi 18 años y juntos intercambiamos textos de literatura, periodismo y gran impulsor de mis estudios universitarios. Juntos con publicamos en www.pasosmagazine.com.ar , allí hay textos de nuestra autoría sobre diversos temas.
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Aquí en la primera charla que fue dada en la Parroquia Santa Cruz ante un auditorio de apróximadamente más de cien personas. Luis Herrero del Pozo junto a su esposa y amigos que gestionamos, preparamos y recibimos su generosidad y amabilidad en todo momento. Sus artículos se encuentran en www.atrio.org
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El teólogo español Juan Luis Herrero del Pozo, quién escribió el libro "Religión, sin magia" y el año pasado vino con un gran disponibilidad y solidaridad a presentarlo a nuestro país. Aquí en una fiesta-celebración que hicimos en casa con un grupo de conocidos y amigos.
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Les presento a CIRO, el famoso perro familiar que nos acompaña desde hace 8 años. Por CIRO hemos modificado estructuras familiares de convivencia y en especial de vacaciones, además de cambios edilicios en nuestra casa. Como siempre uno se niega a tener cualquier mascota, los chicos empiezan a pedir, uno se sigue negando, luego se acepta y uno termina cuidando al perro, mientras los hijos siguen su vida.
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lunes, 30 de junio de 2008

Soy lo que soy....

Soy Sergio, profesor para la Enseñanza Primaria y Licenciado en Educación. Estudié en el Normal Nº 2 Mariano Acosta y en la Universidad Nacional de Quilmes. Actualmente estoy cursando la Especialización en Docencia Virtual, y luego de cursar todas las materias de la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades con Orientación en Política y Gestión Pública comenzaré a preparar mi tesis de Maestría.
Soy docente desde hace casi 20 años. Me gusta leer en diversidad -novelas, ensayos, historia y mucho diario y revista-, escuchar música -generalmente cuando trabajo escucho música clásica (como lo estoy haciendo ahora), ver TV y cine.
Escribo algunos artículos, compartimos con un amigo un pequeño libro dedicado a la educación -perdimos plata porque los terminamos regalando a todos.
También me dedicado a la Teología y Filosofía como lectura y estudio personal, en especial todo aquello que tenga que ver con nuevas miradas y avanzadas en el campo de la búsqueda comunitaria y personal.
Tengo proyectos y sueños, no se si los podré cumplir, pero ahí cohabitan con la realidad de cada día.