Parafraseando a Publio Terencio Africano diré que: Soy hombre y por lo tanto nada de lo humano y de todo ser viviente que viva en la tierra y en el universo me es indiferente y ajeno a mi vida.
Como dijo Anaxágoras: Todo tiene que ver con todo.








jueves, 11 de agosto de 2011

DE DIOSES Y DE HOMBRES: OTRAS MIRADAS

Algunas miradas entorno al film de Dios y de hombres[1].


He visto el film varias veces. Al terminar el mismo se escucha el silencio sagrado que del público asistente emerge como testigo de lo visto y oído.

Basada en una historia real, puedo decir que desde el punto de vista técnico es impecable. Buenas actuaciones, una excelente fotografía, una musicalización que enaltece el espíritu. Logrado guión que nos cuenta la historia de unos monjes cristianos que comparten la vida con el pueblo musulmán en Thiribine, Argelia, África.

Junto a estas palabras, que nos pueden ayudar a gestar en el corazón lo visto en (o lo que veamos) dicha película, quiero agregar dos poemas – canciones para que nos ayuden en la reflexión-. “Está la puerta abierta” de los argentinos Facundo Cabral y Alberto Cortez (los cuatro primeros versos) y del poeta uruguayo Humberto Pegoraro “La belleza de la trama”. También se insertan por párrafos, el testamento del mártir Christian de Chergé, prior del convento, escrito a fines de 1993 (el testamento no sigue el orden dado por su autor).

Está la puerta abierta

La vida está esperando

Con su eterno presente

Con lluvia o bajo el sol

Está la puerta abierta

Juntemos nuestros sueños

Para espantar al miedo

Que nos empobreció



Una mirada social nos pone ante un grupo de monjes que intercambia productos en la feria del pueblo con el resto de los vecinos. Un hermano médico presta un servicio a los aldeanos. Participan de algunas fiestas musulmanas. Estos monjes habían donado parte de sus tierras al pueblo para que fuesen aprovechadas y trabajadas.

Lo he proclamado bastante, creo,

conociendo bien todo lo que de ellos he recibido,

encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio

que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia,

precisamente en Argelia y, ya desde entonces,

en el respeto de los creyentes musulmanes.

Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón

a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista:

“¡qué diga ahora lo que piensa de esto!”

Pero estos tienen que saber que por fin será liberada

mi más punzante curiosidad.

Entonces podré, si Dios así lo quiere,

hundir mi mirada en la del Padre

para contemplar con El a Sus hijos del Islam

tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo,

frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu,

cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión

y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.



La vida es encontrarnos

Para eso nacemos

Porque el punto más alto

Es llegar al amor

Y no hay amor de uno

Sino hay amor de todos

Y por ese motivo

Estamos hoy aquí



Mirando desde lo político observamos que son monjes franceses. Argelia fue una colonia francesa. Los militares no los quieren por no condenar explícitamente a los rebeldes. Los políticos quieren que se vayan por el hecho que pertenecen a la nacionalidad de aquellos que los tuvieron colonizados durante años y además, ante las amenazas de los rebeldes, sacarse un problema de encima. Los rebeldes tampoco los quieren por su nacionalidad y por su religión. Ellos condenan la violencia ejercida desde un lado como también del otro.



Está la puerta abierta

La vida está esperando

Con su eterno presente

Con lluvia o bajo el sol

Está la puerta abierta

Juntemos nuestros sueños

Para espantar el miedo

Que nos empobreció



Poniendo la mirada en el espíritu religioso es una comunidad de monjes que seguía su rutina de oración, de estación en estación –verano, otoño, invierno y primavera- una sucesión de salmos recitados o cantados, de himnos, de cantos, de fiestas litúrgicas, la vida del Ora et Labora propia de un convento dedicado a la contemplación siendo fieles la raíz central de su ministerio.



Iremos de uno en uno

Después de pueblo en pueblo

Hasta rodear al mundo

Con la misma canción

Todas las cosas bellas

Comenzaron cantando

No olvides que tu madre

Cantando te acunó



Posando la mirada en lo comunitario, aparte de lo descripto en el párrafo anterior, aquí hay unos elementos esenciales: el crecimiento personal que cada uno solitariamente va experimentando y que se traduce en lo comunitario llevándolos a generar sus planteos de vida. El martirio –aunque gracia concedida- como una opción comunitaria. Las decisiones personales se viven en la comunidad.



Ante los fundamentalismos que ignoran, desechan o persiguen al distinto, al diferente, ellos se hacen un planteo muy simple: aquí tenemos que estar, esta es la misión de compartir fraternalmente los hechos, las acciones, los gestos, las palabras con nuestros hermanos musulmanes que peregrinan juntos a nosotros.



Cuántos más hilos se trenzan,

Más hermoso es el diseño,

Reflejando los colores

Que pinta el universo

La belleza de la rama

Le viene de lo complejo



No son cruzados de la fe, no va en pos de convertir a los otros. Solamente comparten al mejor estilo de Charles de Foucault.

El Islam no es intolerante, este concepto es la interpretación desacertada de algunos. Eso puede suceder en cualquier religión cuando se interpreta erróneamente y se utiliza la violencia para imponerla. Refiriéndonos a cualquier tipo de violencia, física, intelectual, psíquica, social hasta con el silencio y la ignorancia del otro.



Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas

por un cierto islamismo.

Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila,

identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.

Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.



Requiere mucha paciencia

Hacer un tejido nuevo,

Hay que ponerle coraje,

Bordar gozo y sufrimiento

Con la fuerza de tus manos

Los latidos de tu pecho



Debemos entender al pluralismo religioso como una mirada de encuentro con el otro, a crecer en la diversidad cultural que se encuentra latente en todos los pueblos, a la oración como un punto de unión y solidaridad y el ser comunidad como signo de una humanidad abrahámica renovada.

Todo martirio no es inútil. Jesús nos dice: “Si el grano de trigo no cae y muere en tierra no da frutos”.



Cuando un A-Dios se vislumbra…

Si me sucediera un día -y ese día podría ser hoy-

ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento

a todos los extranjeros que viven en Argelia,

yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia,

recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.

Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida

no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.

Que recen por mí.

¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?

Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas

y abandonadas en la indiferencia del anonimato.

Mi vida no tiene más valor que otra vida.

Tampoco tiene menos.

En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.

He vivido bastante como para saberme cómplice del mal

que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,

inclusive del que podría golpearme ciegamente.



Donde viva lo diverso

Refugios de la esperanza

Lugares renacimiento

Donde nadie quede afuera

De la fiesta del encuentro



Ante una sociedad que se desgarra con violencias, con represión, con el corazón puesto en el consumo y en la economía, en religiones fosilizadas sin apertura al Espíritu, ante políticas que excluyen a los otros, esta película nos ayuda a pensar. Pensar que podemos perdonar; que en el compartir está el meollo del mensaje de los diferentes profetas; que el Espíritu sopla cuando y donde quiere, por eso debemos estar con el corazón abierto; que la política es el arte de buscar el bien y la inclusión de toda la humanidad, invitada a compartir la mesa, respetando lo diverso porque ahí se nos agranda el corazón de todos los hombres y mujeres que compartimos el peregrinar diario.



Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez

que me permita pedir el perdón de Dios

y el de mis hermanos los hombres,

y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón,

a quien me hubiera herido.

Yo no podría desear una muerte semejante.

Me parece importante proclamarlo.

En efecto, no veo cómo podría alegrarme

que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción,

de mi asesinato.

Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la “gracia del martirio”

debérsela a un argelino, quienquiera que sea,

sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.

Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos

tomados globalmente.

Remendemos los desgarros

Que nos va dejando el tiempo

Es hora de ir anudando y

Juntarse en el intento

Desatando aquellos nudos

Que nos fueron sometiendo



Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos,

doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente

para este GOZO, contra y a pesar de todo.

En este GRACIAS en el que está todo dicho,

de ahora en más, sobre mi vida,

yo los incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy

y a vosotros, oh amigos de aquí,

junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos,

¡el céntuplo concedido, como fue prometido!

Y a ti también, amigo del último instante,

que no habrás sabido lo que hacías.

Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este “A-DIOS”

en cuyo rostro te contemplo.

Hno Jan Pierre


No hay tarea más urgente

Que tejer junto a mi pueblo

Las redes de justicia

Que nos vayan sosteniendo

Hilvanando la utopía

Con los hilos de sus sueños.



Y que nos sea concedido reencontrarnos, ladrones bienaventurados,

en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. AMEN.



Sergio Dalbessio

sdalbessio@yahoo.com.ar









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[1]Película sobre Los mártires de Tibhirine. Los siete cistercienses asesinados en Argelia en 1996. Ganó el Premio del Jurado de Cannes 2010 a la mejor película. Ficha técnica: Película: De dioses y hombres. Título original: Des hommes et des dieux. Dirección: Xavier Beauvois. País: Francia. Año: 2010. Duración: 120 min. Género: Drama