Parafraseando a Publio Terencio Africano diré que: Soy hombre y por lo tanto nada de lo humano y de todo ser viviente que viva en la tierra y en el universo me es indiferente y ajeno a mi vida.
Como dijo Anaxágoras: Todo tiene que ver con todo.








lunes, 17 de agosto de 2015

LA MASACRE DE LOS PALOTINOS


 
"Hoy os invitamos a una sesión de Cinefórum. ¿Os acordáis? Antes incluso de leer las notas que ha escrito Sergio habría que ver la película (introducción de Don Antonio Duato, responsable de ATRIO, quién generosamente ha publicado el texto en noviembre de 2013)."

http://gloria.tv/?media=323913


ALGUNAS PINCELADAS SOBRE EL FILM “4 DE JULIO. LA MASACRE DE LOS PALOTINOS” (2007) de Pablo Zubizarreta y  Juan Pablo Young.

El 4 de julio de 1976, en un apacible barrio de la Capital Federal fueron encontrados cinco cuerpos acribillados a balazos. La Masacre de los Palotinos, como es conocido el hecho, fue ejecutada por personas armadas que no se identificaron y que sustrajeron objetos y papeles de propiedad de las víctimas. Los sacerdotes y seminaristas asesinados eran: el cura párroco Alfredo Kelly, los sacerdotes Alfredo Leaden y Pedro Duffau y los seminaristas José Emilio Barletti y Salvador Barbeito. El Padre Alfredo Leaden, de 57 años, era delegado de la Congregación de los Palotinos Irlandeses; el Padre Pedro Duffau, de 65 años, era profesor; el Padre Alfredo Kelly, de 40 años, era director del Seminario de Catequesis en Belgrano y profesor en el Colegio de las Esclavas del Santísimo Sacramento; Salvador Barbeito, de 24 años, era seminarista, profesor de filosofía, psicología y catequista además de rector del Colegio San Marón; Emilio Barletti, de 25 años, era seminarista y profesor.

Otros miembros de la comunidad por diversos motivos no estaban esa noche y salvaron su vida. Algunos de ellos dan testimonio en el film.

  • Algunas consideraciones  a partir de mirar la película que me parece importante aportar para un posterior debate.

  1. Lo que podemos observar en la película es lo que ha sucedido, el hecho es un brutal asesinato y contamos con el testimonio de testigos y personas cercanas a la comunidad de San Patricio.
  2. Podemos también sacar otros elementos: hay testimonios de la jerarquía católica de la  época y su convivencia con las autoridades militares de ese momento. Obispos como Tortolo, Plaza, Bonamín cercanos a la estructura de poder y a la represión realizada por la Junta Militar. Podemos observar sus palabras y sus actos en algunos pasajes muy bien insertados.
  3. Según testigos de datos aportados en la causa se desprendería que la armada tuvo participación efectiva  en esta masacre. Podemos unir este hecho a que el 8 de diciembre de 1977  fueron secuestradas dos  monjas y  diez familiares de personas desaparecidas que salían de la Iglesia de Santa Cruz, de los sacerdotes pasionistas, también de origen irlandés. Justamente estaba infiltrado en ese grupo un capitán de nombre Astiz, perteneciente a  la armada. Estas personas fueron vistas por última vez con vida justamente  en la Escuela Mecánica de la Armada.
  4. La Congregación a nivel de los superiores generales cuestionaba a los estudiantes porque decían que estos tenían armas y formaban parte de algún grupo armado. Ellos con justa razón lo negaron y  también recibieron el apoyo de los curas que eran sus formadores en la  vida religiosa.
  5. El hecho fue premeditado y respondía a una venganza llevada a cabo por uno de los tantos grupos de tareas que pululaban sembrando el terror por este territorio y el resto de América Latina.
  6. Son crímenes de lesa humanidad que todavía esperan respuesta de parte de la justicia argentina.

  • Aquí introduzco de mi parte algunas preguntas que me surgen –no están ligadas a este hecho puntual- de las investigaciones realizadas por diversos autores sobre el terrorismo de estado y los grupos armados, en su relación con la Iglesia Católica y otras confesiones cristianas.

Se conoce que sacerdotes, religiosos y laicos cristianos eran portadores de armas (“tenían fierros” como se decía en la época) o bien guardaban armas de algunas organizaciones armadas clandestinas.

  1. Me pregunto: ¿es compatible querer vivir el Evangelio o bien predicar el  Evangelio y estar armado? ¿La violencia  armada es una actitud que puede vivir un hombre-mujer de la Iglesia? ¿Jesús vivía y alentaba la violencia armada?
  2. Aquellos sacerdotes, laicos, religiosos, dirigentes de las diversas iglesias que impulsaron con sus palabras  y actos a tomar las armas a cientos de jóvenes: ¿asumen hoy su responsabilidad? ¿Hicieron un mea culpa de lo realizado? ¿Tienen o tendrán las agallas para pedir perdón a sus familiares por haberlos incitado a actos de violencia? ¿Cuál es la línea que separa  a un pastor que perdona a alguien que ha torturado y un pastor que ha alentado a un joven a matar a una persona indefensa?

De mi parte me sigo realizando, a medida que estudio e investigo las décadas de los 60 y 70 en nuestra Argentina estás y otras preguntas. Todavía hay actores vivos que las pueden responder. De parte de los militares y de los pastores que los sostuvieron sabemos sus respuestas.

Nos faltan las respuestas de aquellos pastores que sostuvieron a los grupos armados.

  • Mi encuentro personal con parte de esa historia de San Patricio.

En los 90 cuando se iniciaba un tenue contacto entre cristianos de diversas iglesias para comenzar a acompañar a persona con HIV fui invitado a una reunión que se llevó a cabo en la Iglesia de san Patricio. En un momento el sacerdote párroco del lugar nos invitó a los presentes a visitar la capilla.  Nos encontramos con un trozo de la alfombra –que había sido rescatada del olvidado, se lo mencione en el film- donde se puede observar todavía los orificios de los cientos de balazos y la sangre adherida a la misma. Todos quedamos enmudecidos en ese momento, el silencio fue una oración que expresamos como estupor pensando que el ser humano podía hacer semejante acto de brutalidad ante otros seres humanos.

Quiero rescatar la personal del Sr. Alberto Zubizarreta –ya ha vivido su Pascua-, a quien conocí en los años 80. Como vecino del lugar nunca dejo de bregar por el esclarecimiento del brutal hecho. Un hombre común y que en silencio  lucho por la democracia naciente y  por el respeto a los derechos humanos. Su hijo Pablo es uno de los realizadores de la película.

Para aquellos que deseen conocer más el tema pueden leer el libro “La Masacre de San Patricio”, del periodista -ya fallecido- Eduardo Kimel que ha realizada una minuciosa investigación y ha batallado personalmente por el esclarecimiento de la verdad. También hay un libro del Gabriel Seisdedos titulado “El honor de Dios” que habla de dicho tema.

Comparto el sentimiento de la comunidad palotina que expresa que sería una injusticia olvidar  a sus mártires, ya que fueron cinco hombres consagrados que vivieron en comunidad y murieron en comunidad, dedicados a la justicia y la paz. Tenemos que saber quiénes son los autores intelectuales y los que ejecutaron dichos asesinatos. Como expresa el padre Tomás O’Donnel, superior de los Palotinos “Una vez que tengamos respuestas a nuestras preguntas, seremos los primeros en perdonar”.

Sergio Dalbessio

En el siguiente link la película se divide en 9 partes, cada una de ellas tiene una duración entre 10 y 12 minutos cada una.


En este link podrán encontrar la película completa: http://gloria.tv/?media=323913

El siguiente texto es la noticia aparecida en el matutino Clarín luego de la Misa que celebró el entonces Cardenal Bergoglio a los 25 años de la Masacre. Aquí se pone de manifiesto el acto de la Iglesia y la Congregación Palotina de iniciar la causa de beatificación de dichos mártires.

DERECHOS HUMANOS: A 25 AÑOS DE LA MASACRE DE SAN PATRICIO
Quieren declarar mártires a religiosos palotinos



SERGIO RUBIN
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, acaba de manifestar su disposición para iniciar el proceso canónico (eclesiástico) que debe confirmar si cinco padres palotinos fueron asesinados durante la dictadura por proclamar el mensaje del Evangelio. Así, podrían ser considerados mártires y, por ende, declarados beatos. Este último es el escalón inmediatamente anterior al reconocimiento de un santo.

Las causas de canonización son un largo y complejo proceso que empieza en la diócesis donde murieron los candidatos y sigue en el Vaticano. Requieren un estudio minucioso de los propuestos. Y luego hace falta comprobar que Dios obró un milagro por su intercesión para que sean declarados beatos; y otro más para que sean santos. Pero hay una vía más rápida: ser reconocidos como mártires.

El reconocimiento como mártires de los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Dufau y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti —un gran anhelo de la comunidad palotina— cobró fuerza al cumplirse los 25 años del crimen del 4 de julio de 1976, un hecho que pasó a la historia como “La masacre de San Patricio”.                                                                                                       Bergoglio presidió la misa en la iglesia de San Patricio (Belgrano R), secundado por el nuncio, monseñor Santos Abril y Castelló, una docena de obispos y 60 sacerdotes. Fue la primera misa en ese templo por el luctuoso hecho de un cardenal primado y un nuncio desde las exequias, que oficiaron los entonces cardenal Juan Carlos  Aramburu  y nuncio Pío Laghi.
Una multitud colmó el templo. Muchos fieles debieron seguir la celebración desde la calle, por pantalla gigante. En primera fila se ubicaron el jefe del Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra; la vicejefa, Cecilia Felgueras y el senador Antonio Cafiero. Más atrás, el ex embajador ante la Santa Sede Rubén Blanco.
En su homilía, Bergoglio destacó la fidelidad a las enseñanzas del Evangelio de los religiosos asesinados y, en ese sentido, señaló que “ser testigos de Cristo es comenzar un camino que no sabemos dónde terminará”. Y, parafraseando a Jesús, afirmó que “debemos pedirle perdón a Dios porque (los que mataron a los religiosos) no sabían lo que hacían”.
Con todo, lamentó que luego del hecho “vinieron los etiquetamientos” de las víctimas para desacreditar su papel religioso. “Yo soy testigo, porque lo acompañé en la dirección espiritual y en la confesión hasta su muerte, de Alfie (Kelly), quien sólo pensaba en Dios”, subrayó. Y completó: “Lo nombro a él porque soy testigo de su corazón y, en él, a todos los demás”.
Los cinco religiosos fueron asesinados entre la una y las tres de la mañana en la casa parroquial. Los cuerpos fueron encontrados en medio de un charco de sangre, sobre una alfombra roja. Las manos del padre Dufau estaban atadas por la espalda. Sobre el cuerpo de Barbeito había sido colocado un póster de Mafalda, que aludía a los métodos represivos. Nunca se determinó quiénes fueron los asesinos. Se sospecha de grupos parapoliciales.

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