He visto el film varias veces. Al terminar el mismo se escucha el silencio sagrado que del público asistente emerge como testigo de lo visto y oído.
Basada en una historia real, puedo decir que desde el punto de vista técnico es impecable. Buenas actuaciones, una excelente fotografía, una musicalización que enaltece el espíritu. Logrado guión que nos cuenta la historia de unos monjes cristianos que comparten la vida con el pueblo musulmán en Thiribine, Argelia, África.
Junto a estas palabras, que nos pueden ayudar a gestar en el corazón lo visto en (o lo que veamos) dicha película, quiero agregar dos poemas – canciones para que nos ayuden en la reflexión-. “Está la puerta abierta” de los argentinos Facundo Cabral y Alberto Cortez (los cuatro primeros versos) y del poeta uruguayo Humberto Pegoraro “La belleza de la trama”. También se insertan por párrafos, el testamento del mártir Christian de Chergé, prior del convento, escrito a fines de 1993 (el testamento no sigue el orden dado por su autor).
Está la puerta abierta
La vida está esperando
Con su eterno presente
Con lluvia o bajo el sol
Está la puerta abierta
Juntemos nuestros sueños
Para espantar al miedo
Que nos empobreció
Una mirada social nos pone ante un grupo de monjes que intercambia productos en la feria del pueblo con el resto de los vecinos. Un hermano médico presta un servicio a los aldeanos. Participan de algunas fiestas musulmanas. Estos monjes habían donado parte de sus tierras al pueblo para que fuesen aprovechadas y trabajadas.
Lo he proclamado bastante, creo,
conociendo bien todo lo que de ellos he recibido,
encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio
que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia,
precisamente en Argelia y, ya desde entonces,
en el respeto de los creyentes musulmanes.
Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón
a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista:
“¡qué diga ahora lo que piensa de esto!”
Pero estos tienen que saber que por fin será liberada
mi más punzante curiosidad.
Entonces podré, si Dios así lo quiere,
hundir mi mirada en la del Padre
para contemplar con El a Sus hijos del Islam
tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo,
frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu,
cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión
y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.
La vida es encontrarnos
Para eso nacemos
Porque el punto más alto
Es llegar al amor
Y no hay amor de uno
Sino hay amor de todos
Y por ese motivo
Estamos hoy aquí
Mirando desde lo político observamos que son monjes franceses. Argelia fue una colonia francesa. Los militares no los quieren por no condenar explícitamente a los rebeldes. Los políticos quieren que se vayan por el hecho que pertenecen a la nacionalidad de aquellos que los tuvieron colonizados durante años y además, ante las amenazas de los rebeldes, sacarse un problema de encima. Los rebeldes tampoco los quieren por su nacionalidad y por su religión. Ellos condenan la violencia ejercida desde un lado como también del otro.
Está la puerta abierta
La vida está esperando
Con su eterno presente
Con lluvia o bajo el sol
Está la puerta abierta
Juntemos nuestros sueños
Para espantar el miedo
Que nos empobreció
Poniendo la mirada en el espíritu religioso es una comunidad de monjes que seguía su rutina de oración, de estación en estación –verano, otoño, invierno y primavera- una sucesión de salmos recitados o cantados, de himnos, de cantos, de fiestas litúrgicas, la vida del Ora et Labora propia de un convento dedicado a la contemplación siendo fieles la raíz central de su ministerio.
Iremos de uno en uno
Después de pueblo en pueblo
Hasta rodear al mundo
Con la misma canción
Todas las cosas bellas
Comenzaron cantando
No olvides que tu madre
Cantando te acunó
Posando la mirada en lo comunitario, aparte de lo descripto en el párrafo anterior, aquí hay unos elementos esenciales: el crecimiento personal que cada uno solitariamente va experimentando y que se traduce en lo comunitario llevándolos a generar sus planteos de vida. El martirio –aunque gracia concedida- como una opción comunitaria. Las decisiones personales se viven en la comunidad.
Ante los fundamentalismos que ignoran, desechan o persiguen al distinto, al diferente, ellos se hacen un planteo muy simple: aquí tenemos que estar, esta es la misión de compartir fraternalmente los hechos, las acciones, los gestos, las palabras con nuestros hermanos musulmanes que peregrinan juntos a nosotros.
Cuántos más hilos se trenzan,
Más hermoso es el diseño,
Reflejando los colores
Que pinta el universo
La belleza de la rama
Le viene de lo complejo
No son cruzados de la fe, no va en pos de convertir a los otros. Solamente comparten al mejor estilo de Charles de Foucault.
El Islam no es intolerante, este concepto es la interpretación desacertada de algunos. Eso puede suceder en cualquier religión cuando se interpreta erróneamente y se utiliza la violencia para imponerla. Refiriéndonos a cualquier tipo de violencia, física, intelectual, psíquica, social hasta con el silencio y la ignorancia del otro.
Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas
por un cierto islamismo.
Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila,
identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.
Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.
Requiere mucha paciencia
Hacer un tejido nuevo,
Hay que ponerle coraje,
Bordar gozo y sufrimiento
Con la fuerza de tus manos
Los latidos de tu pecho
Debemos entender al pluralismo religioso como una mirada de encuentro con el otro, a crecer en la diversidad cultural que se encuentra latente en todos los pueblos, a la oración como un punto de unión y solidaridad y el ser comunidad como signo de una humanidad abrahámica renovada.
Todo martirio no es inútil. Jesús nos dice: “Si el grano de trigo no cae y muere en tierra no da frutos”.
Cuando un A-Dios se vislumbra…
Si me sucediera un día -y ese día podría ser hoy-
ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento
a todos los extranjeros que viven en Argelia,
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia,
recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.
Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida
no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.
Que recen por mí.
¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas
y abandonadas en la indiferencia del anonimato.
Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos.
En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal
que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,
inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Donde viva lo diverso
Refugios de la esperanza
Lugares renacimiento
Donde nadie quede afuera
De la fiesta del encuentro
Ante una sociedad que se desgarra con violencias, con represión, con el corazón puesto en el consumo y en la economía, en religiones fosilizadas sin apertura al Espíritu, ante políticas que excluyen a los otros, esta película nos ayuda a pensar. Pensar que podemos perdonar; que en el compartir está el meollo del mensaje de los diferentes profetas; que el Espíritu sopla cuando y donde quiere, por eso debemos estar con el corazón abierto; que la política es el arte de buscar el bien y la inclusión de toda la humanidad, invitada a compartir la mesa, respetando lo diverso porque ahí se nos agranda el corazón de todos los hombres y mujeres que compartimos el peregrinar diario.
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez
que me permita pedir el perdón de Dios
y el de mis hermanos los hombres,
y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón,
a quien me hubiera herido.
Yo no podría desear una muerte semejante.
Me parece importante proclamarlo.
En efecto, no veo cómo podría alegrarme
que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción,
de mi asesinato.
Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la “gracia del martirio”
debérsela a un argelino, quienquiera que sea,
sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.
Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos
tomados globalmente.
Remendemos los desgarros
Que nos va dejando el tiempo
Es hora de ir anudando y
Juntarse en el intento
Desatando aquellos nudos
Que nos fueron sometiendo
Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos,
doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente
para este GOZO, contra y a pesar de todo.
En este GRACIAS en el que está todo dicho,
de ahora en más, sobre mi vida,
yo los incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy
y a vosotros, oh amigos de aquí,
junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos,
¡el céntuplo concedido, como fue prometido!
Y a ti también, amigo del último instante,
que no habrás sabido lo que hacías.
Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este “A-DIOS”
en cuyo rostro te contemplo.
Hno Jan Pierre |
No hay tarea más urgente
Que tejer junto a mi pueblo
Las redes de justicia
Que nos vayan sosteniendo
Hilvanando la utopía
Con los hilos de sus sueños.
Y que nos sea concedido reencontrarnos, ladrones bienaventurados,
en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. AMEN.
Sergio Dalbessio
sdalbessio@yahoo.com.ar
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[1]Película sobre Los mártires de Tibhirine. Los siete cistercienses asesinados en Argelia en 1996. Ganó el Premio del Jurado de Cannes 2010 a la mejor película. Ficha técnica: Película: De dioses y hombres. Título original: Des hommes et des dieux. Dirección: Xavier Beauvois. País: Francia. Año: 2010. Duración: 120 min. Género: Drama
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