Son reflexiones
libres, personales y al voleo como el sembrador que siembra su semilla esparciéndola
sobre la tierra
A la memoria de mi
amigo Pedro Luis Armano, que todos los días 21 de agosto- Día del Catequista- subía
al escenario, nos saludaba delante de todo el colegio y hacia una reflexión
sobre nuestra misión.
Ser catequista ¿qué es? (ustedes agreguen la catequista)
1.
El catequista se va haciendo con el tiempo, se va amasando con los otros, no se
es catequista de la noche a la mañana, se va configurando con el tiempo.
2.
El catequista tiene que tener una conciencia de que lleva un mensaje que no es
suyo, pero que primero lo tiene que hacer parte de su vida.
3.
El catequista tiene que trabajar con una palabra clave: respeto. En un grupo,
en el aula, en un curso hay gente que va con deseos de recibir el mensaje,
otros que no quieren recibir nada, pero están ahí, y otros que van a ver de qué
se trata eso.
4.
El catequista es persona de diálogo, de encuentro, de escucha, de mano tendida,
de corazón abierto y de límite preciso.
5.
El catequista reza, ora siempre. Reza y ora con la palabra, con los hechos
cotidianos, con los emergentes que van surgiendo en una sociedad cambiante. No
reza con el diario, la tv o la radio; ora con las situaciones que allí se le
presentan.
6.
El catequista lo que escucha y lee lo
válida con el testimonio, en la búsqueda, en indagar. Lo visto y lo oído es lo
que ha sucedido.
7.
El catequista es pluricultural y viven la diversidad, o sea ensanchando
diariamente su corazón.
8.
El catequista tiene conciencia que debe haber interlocutores que pueden ser
niños, jóvenes, adolescentes, adultos o ancianos para que pueda vivir su
misión.
9.
El catequista tiene en cuenta esa variedad de pensamiento y de vida de cada uno
de esos interlocutores y los respeta, los abraza no desde el dar, sino desde el
recibir y aprender continuamente.
10.
El catequista se indigna ante la justicia, cualquiera sea de donde provenga,
aún de su propio entorno o comunidad y se alegra de las libertades y dignidades
que la personas va logrando día a día para vivir con felicidad.
11.
El catequista siempre vuelve a su interior para abrevar en los manantiales de
la vida interna, refrescar su espíritu con el agua de vida y así poder compartirla.
12. El
catequista primero vive lo que enseña, después lo enseña y después demuestra
que lo enseñado es lo que ha vivido.
13.
El catequista siempre debe confrontar su misión en el espejo del otro y de la
otra.
14.
El catequista tiene que caminar en búsqueda de la paciencia de Job, la
sabiduría de Abraham, la alegría de María, la terquedad de Pedro, la inteligencia
de Pablo y la soledad de Jesús en el Calvario.
15.
El catequista lleva la Buena Nueva, Anuncia al Dios que da Vida, Denuncia las injusticas
y opresiones que vivimos por parte de otros hombres y mujeres y por sobre todo alimenta
la ESPERANZA.
16.
El catequista es persona de esperanza, no esperar que todo venga de arriba, sino
la esperanza activa, de construcción, de empuje, de utopía…
17.
El catequista es un peregrino en la tierra, es un observador de la realidad, un
filósofo de lo diario, es un gestor de gestos de paz, de perdón, de reconciliación,
de fraternidad, de vida.
18.
El catequista es alegre, comparte, se entristece, llora, ríe, ama, sana.
19.
El catequista es una misión, una vocación, un estilo de vida, es respeto a ser
acompañante, amigo de aquellos que vamos encontrándonos en el camino de la vida
20
El catequista es ES SACRAMENTO DE VIDA, NUTRIDO DE LOS SACRAMENTOS Y
SACRAMENTALIDAD PARA LA HISTORIA…….cada uno/a podrá poner desde su experiencia
lo qué eso significa en su vida….
Para
escribir estás reflexiones al voleo he pensado en mi propia vida de catequista
y en aquellos que fueron mis catequistas en la vida, a saber (con el perdón
consabido que me olvidaré de muchos y de muchas):
1. Mi nona Dominga que
me dio el dinero para hacer mi primer retiro espiritual, y a mis padres que me
dieron la libertad constante de opción en la vida de adolescente y joven…
2. A los hermanos
Maristas: David Calvo Ortega, Pascual, Marcelino Buet, Antonio Ruet, Oscar
Perl, Demetrio Espinoza Espinoza y varios más….
3. A los padres de la Consolata:
Antonio Ricci, que me bautizó, a Juan Bosco, Mario Viola, Luis “el gringo”
Sccabarrozzi, Nelson Juan Borgogno, el Negro Ramón Núñez, Elvio Mettone, Oscar
Goapper, compañeros del seminario San Francisco Solano de Flores y varios más…
4. A los diocesanos
Baldomero Martini, Pedro Ludueña, tantos laicos y laicas, a ese primer grupo en
la Consolata, como Víctor Pedro Córdoba (de Morteros), a los compañeros que
caminábamos charlando y rezando el Rosario –Reynaldo, Danielito Mari, el Mingo,
Sergio, Mario, Daniel, Marcelo, Cefe –algunos hoy curas y otros esperándonos junto
a Dios; a los laicos Beba Cella, Jorge y Lydia, y varios más…
5. A tantos religiosos y
religiosas que me mostraron con su ejemplo de ser discípulos de Jesús: Hermana
Cristilla Balirac, sierva de María de Anglet, Alberto Ibañez s.j., Rafael Mañas
sdb, P. Luis Sánchez, el Hermano Mauricio Bovo, el Hermano Luis Combes,
Victorino Zecchetto, Pedro Estupiñan, P.
Enrique Fabbri s.j. Mateo Perdía, Fernando Peretti. Víctor Pepe Godino, Pepe Di
Paola, Hernán Gutiérrez y varios más…
.
6. De tantos y
tantas…inclusive de aquellos y aquellas que no me dieron buenos ejemplos, pude
aprender por lo que se conoce “por la vía negativa”…
7. A mis compañeros
catequistas en los lugares dónde trabaje durante diversas etapas de mi vida en estos
50 años, a saber:
a. Parroquia Nuestra
Señora de la Consolata en San Francisco,
b. Colegio Lasalle de
Flores,
c. Parroquia San
Francisco Solano de Mataderos,
d. Parroquia Nuestra
Señora de Pompeya en Paso del Rey,
e. Parroquia Santa Cruz,
en Capital,
f. Grupo Misión de la
Compañía de María en la calle Freire,
g. Colegio Nuestra Señora
del Perpetuo Socorro de Quilmes,
h. Instituto María
Auxiliadora de Almagro,
i. Escuela de Ministerios
de la Diócesis de Quilmes,
j. Parroquia Ntra. Sra.
de la Paz en Quilmes,
k. Instituto Santa Cruz
–aquí compartí la tarea con más de 60
catequistas en tantos años, y sigo compartiendo –en la actualidad- esa labor
con otros hermanos y otras hermanas…
8. A todos los niños,
adolescentes y jóvenes –más de 10.000- en especial por todos los años
compartidos, sin ellos no podría ser catequista, nadie puede hacer pan si falta
el elemento fundamental que es la harina…
9. A Cristina, mi
esposa, con quienes compartimos años de catequesis en el Santa Cruz, mostrando que en las
diferencias se puede compartir y trabajar juntos….Sergio.
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