PALABRA
Y VIDA
EN
MEMORIA DE VÍCTOR “PEPE” GODINO
Pepe bautizando a uno de nuestro hijos |
Hace dos años nuestro querido amigo, Pepe Godino,
comenzaba a transitar el camino de la Pascua. Un abrazo definitivo con el Padre
Dios al que tanto tiempo y esfuerzo le dedicó en su prolífica vida como ser
humano, como amigo, como sacerdote, como biblista, como pastor y como esposo en
sus últimos y generosos años.
Conocimos a Pepe en los 80 cuando era profesor de Biblia
en el Seminario Catequístico de la Diócesis de Quilmes. Afable, cariñoso, un
hombre de tierra adentro, un gringo que se hacía querer. Compartía el nuevo
material que iba surgiendo y que era necesario para comprender la Palabra de
Dios, y no solamente entenderla, sino también para amarla profundamente.
Tuvimos varios encuentros en todos estos años, siempre
uno habría querido tener más posibilidades de poder dialogar con personas como
la que trasuntaba nuestro querido Pepe.
Tenía una pregunta que decía y quedaba picando (usando un término futbolístico)
en el aire para que los interlocutores pudiéramos pensar y elucubrar respuestas
para la polémica y el crecimiento. Decía Pepe: “Jesús: ¿era Hijo de Dios ó vivía cómo Hijo de Dios?”.
Sus libros PALABRA Y VIDA, que diría -sin ser irrespetuoso-
son sus hijos, fueron dando respuesta en sus más de cuarenta ediciones a esa
pregunta.
En el primer número aparecido el 27 de abril del año 1981
decía en su presentación: “Y cómo la multiplicación
de los panes, creímos escuchar las palabas del Señor: “Denles de comer ustedes”
(Mt 14,16). Pues bien, PALABRA Y VIDA quiere ser nuestra respuesta, tan modesta
como aquellos pocos panes y pescados, pero que esperamos fructuosa por la
bendición del Señor”. Y en la misma introducción plantea el esquema que
tendría dicha publicación y culmina con la bendición escrita en el libro de
Números (a continuación la hoja de dicha revista).
Visitó varias veces nuestra casa, compartió el bautismo
de uno de nuestros hijos, cesanteado del Seminario Catequístico de Quilmes,
siguió escribiendo y realizando charlas y encuentros entorno a la Palabra de
Dios. De lectura y estudio comprometido prosiguió con sus investigaciones. Pero
el círculo en algún momento se empezó a cerrar. Es el profundo dolor que causa
la iglesia institución hacia aquellos que han dado su vida y ejemplo viviendo
el Evangelio, además de permitirse pensar y difundir ese pensamiento.
Sin embargo fue fiel en todo momento. Esperó las
dispensas. Se unió en matrimonio con su compañera Marina Rubino. Siguieron
compartiendo la palabra con los grupos de diversos lugares que no tienen
prejuicios ni se atan a normas impuestas, sino que actúan con la libertad que
da el Espíritu de Dios.
Agradezco que viniera a compartir nuestros 25 años de
matrimonio. Sería la última vez que estuvimos juntos. Tuvimos alguna charla
telefónica. En su querida Córdoba se descompuso y comenzó a transitar ese
camino de encuentro con Dios.
Nos queda el dolor de la pérdida humana, del amigo que
querríamos tener a nuestro lado y compartir el mate y la palabra. Sabemos
que tenemos un hermano que nos acompaña
en el camino de la vida.
Quiero recordar, según me comento Marina, que estaba
leyendo el libro de André Wénin “No solo
de pan. El deseo en la Biblia: de la violencia a la alianza”, (Ed. Sígueme,
Salamanca, 2009) y por eso quiero hacer esta oración en su memoria:
Restaurar
la celebración el hambre.
Fraternidad
con los que tienen hambre.
Sus
cuerpos son el pan de Jesucristo.
Cristo
sufre su hambre.
Que
la mesa sea simple y modesta.
En
compañía de los que
tienen
hambre.
Felices
los hambrientos.
Ello
saben que la vida es un don.
Ellos
oran por el Reino.
Ellos
serán saciados…
del Pastor Ruben
Alves -en Palabra y Vida, n° 43-
GRACIAS
QUERIDO PEPE, porque la PALABRA de DIOS se hizo carne en tu vida y la
compartiste con los demás para que pudiéramos seguir generando vida.
Tapa del primer número de Palabra y Vida |
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