Parafraseando a Publio Terencio Africano diré que: Soy hombre y por lo tanto nada de lo humano y de todo ser viviente que viva en la tierra y en el universo me es indiferente y ajeno a mi vida.
Como dijo Anaxágoras: Todo tiene que ver con todo.








jueves, 7 de enero de 2016

LA PIEZA NECESARIA PARA LA SOCIEDAD



Educación: la clave para armar el ser humano y la pieza necesaria para reconstruir la sociedad
Hace ya unos meses –al finalizar el año 2007- escribía en este mismo medio
un artículo titulado “Mayor educación=menor inseguridad: una ecuación
exacta” lo siguiente: “Los pueblos, sociedades y gobiernos que han apostado e
invertido en educación no perdieron, por el contrario, desarrollaron más su
crecimiento. (Hace un tiempo una noticia daba cuenta de aquellos presos que
en la cárcel de Villa Devoto estudiaron, inclusive hasta el nivel universitario.
Luego, reinsertados en la vida común, solamente reincidieron en del delito el
1%. Por lo menos, es para pensar). 

Más aulas, más maestros, más alumnos,  serán  menos cárceles, menos
guardiacárceles y menos delincuentes. La ecuación es simple”.
El Centro de Derechos Humanos “Emilio F. Mignone” dependiente de la
Universidad Nacional de Quilmes ha cumplido diez años de intensa y meritoria
labor. Para conmemorarlo se han llevado a cabo diversos actos: mesas
redondas, disertaciones, paneles y un momento dedicado al canto coral (el
coro estaba integrado por internos e internas del Servicio Penitenciario
Provincial).

Mi paso por la Universidad y en afinidad a las propuestas allí desarrolladas tuve
la oportunidad de participar de una de ellas. El Licenciado Rodolfo Brardinelli,
Profesor, investigador, y responsable del Grupo de Estudios Sociales de la Vida
Penitenciaria (GESVIP) modero el panel sobre “los derechos humanos en la
visión de los internos penitenciarios”.

Más allá de apreciar las historias personales de cada uno, ricas en
experiencias, cargadas de sentimientos, de mucho dolor y también con un gran
deseo de querer luchar por vivir, me detengo a resaltar un punto que es
esencial y da razón a ese artículo escrito hace un tiempo.
Lo común a todos ellos es (o fue) que la lectura y el estudio los ayudó a abrir
sus mentes, sus perspectivas, sus horizontes y no buscar nuevamente en el
delito una forma de vida.


El más joven, acababa de recibirse de abogado, otras cursaban el secundario o
bien ya también tenían terminado carreras universitarias. Uno de ellos leyó un
cuento escrito en la soledad de una cárcel del sur de nuestro país, maravilloso
relato de fina escritura.

Por eso la insistencia que como país debemos apostar a los espacios de
estudio, con especial hincapié en la educación –tan de moda a debatir durante
años, sin embargo seguimos cayendo en las evaluaciones que a nivel mundial
se realizando y años tras años nos ven bajando un escalón –ampliando el
retroceso en este sector. Todos dicen, pocos hacen y muchos sufren (o
sufrimos) esas falta de políticas públicas educativas inclusivas.

Los medios de comunicación social –en especial la TV- muchas veces generan
una gran sensación de miedo e inseguridad. Por eso la responsabilidad social
de los comunicadores –tan lejos de códigos de ética en muchos de ellos y
ellas- deberían preguntarse por el valor de una imagen, ya que con la misma se
puede construir o buscar justicia o bien generar exactamente lo contrario.

Hoy, antes de dar la puntada final a este escrito, leía en una entrevista al
Ministro de Seguridad Bonaerense, Carlos Stornelli, donde expresaba lo
siguiente: “Indudablemente , la exclusión es uno de los factores que lleva los
 menores a participar en delitos. Sin ninguna duda, la exclusión, el hacinamiento
y la pobreza son causales científicamente probadas como para que, desde una
corta edad, los jóvenes ingresen al delito. Es alarmante ver por otra parte, que
en nuestra provincia aumenta la cantidad de menores, y aun chiquitos, que
intervienen en hecho muy graves. Es tremendo pero constituye una constante
diaria” (Diario Perfil, Suplemento Domingo, 28/09/08).

Vuelvo a insistir en esta idea: sin educación no se ve crecimiento, tampoco
superación personal ni comunitaria.
Sin enseñanza sea cae en la ignorancia, en la frustración y se obstruyen las perspectivas de soñar un futuro, donde  fomentar los talentos personales sería de un gran beneficio social.
Terminaba el escrito citado al principio diciendo “El mensaje de Cambalache,
que parece actualizado en forma permanente, “…el mundo fue y será una
porquería”, se puede trastocar y convertirlo en esperanza de otro mundo
posible y otra sociedad. 

El deber es intentarlo con firmeza”. Pero ya no es deber intentarlo, sino HACERLO con FIRMEZA.
Por el bien de nuestros niños, de nuestros jóvenes y de cada uno de nosotros
ciudadanos y ciudadanos que nos merecemos vivir en un país, en una tierra,
en una nación con grandeza y en paz.


Terminando con una frase de Terencio “Soy hombre y nada de lo humano me es ajeno”.
Lic. Sergio L. R. Dalbessio
 -Texto escrito y publicado en Pasos Magazine en diciembre del 2008-

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