Parafraseando a Publio Terencio Africano diré que: Soy hombre y por lo tanto nada de lo humano y de todo ser viviente que viva en la tierra y en el universo me es indiferente y ajeno a mi vida.
Como dijo Anaxágoras: Todo tiene que ver con todo.








lunes, 27 de julio de 2015

LA PUCHA...que los parió...


 LA PUCHA…que lo parió….en memoria de Carlos Benecke....

El martes a la noche me aprestaba a tomar un coñac cuando revisando en el celular el “cara de libro” una persona me anoticia del fallecimiento de Carluncho. No lo podía creer, no podía conectar lo que leía con la realidad. El día anterior había estado pensando en él, es más había entrado en su muro para escribirle algo y después pensé: “estará con tantas ocupaciones y no tendrá tiempo para entrar a escribir, postear o comentar”.

Imágenes, imágenes y más imágenes vienen a la cabeza de uno. La muerte siempre es injusta. Tiene esas cosas de esquivar y hacerte quedar pagando, es como un ágil jugador que crees podes sacarle la pelota y estando al lado tuyo te deja boyando. Pensé  en sus hijos, su esposa, en su papá, sus hermanas, en los seres queridos y todos aquellos amigos y compañeros que disfrutamos de haberlo conocido.

También la muerte de alguien cercana nos espeja la propia, la de cada uno, es un espejo donde miramos nuestro rostro y vemos la finitud de la vida. Como definiera el magistral Milán Kundera: “La insoportable levedad del ser”. En el ser amado, en el amigo y en el compañero nos vamos un poco todos aquellos que disfrutamos de su presencia, de sus palabras, de sus gestos.

Después que me vine de San Francisco perdí contacto -por los vericuetos de la vida- con mis compañeros de curso, de la imborrable XIII promoción. Por agosto de 2009 después de vencer algunas resistencias me sume a esta red social, y me apareció un mensaje de Carlos que me preguntaba si yo era tal persona y me daba algunas características. Él era amigo de Juan Carlos Gieco y ahí coincidimos. Le dije que sí y comenzamos a intercambiar mensajes por medio del ciberespacio. Nos quedó la promesa de encontrarnos. En ese tiempo comenzaba mi regreso a las sierras cordobesas –al Valle de Calamuchita- por cuestiones familiares y laborales. Ese encuentro prometido muchas veces, nunca se puede dar. Ya es pasado. Una pena.

Estaba muy feliz el año pasado por de la convocatoria a encontrarnos todos los compañeros egresados en 1979 del Colegio Sagrado Corazón. La verdad que siento un dolor de no haber ido. Me queda ese sinsabor de saber que no podré ver más a Tofito y a Carluncho.

 Esto me escribió él después de ese encuentro de noviembre del año próximo pasado: Hermoso! Nos juntamos a las 10 en el colegio y lo recorrimos con el Hno. Antonio Rue y el negro Vignolo. Después fuimos a la casa quinta de Darío Delfabro, donde comimos una picada criminal y un asadazo.

Ahí ya se había juntado al grupo "Tofito", y nos quedamos hasta la nochecita, que fuimos con Daniel Asán y Marcelo Arisi a tomar un café, porque "cuerito" se volvía para Rosario.”.

Hace tiempo había inaugurado un espacio que se llamaba “La peña de los jueves”, allí ponía diversos temas y también lo había abierto a que sus amigos sumaran los suyos.

Desde hace años que voy diciendo que la muerte es Pascua. Es Pascua cuando podemos pasar por el corazón todo aquello que nos ha quedado del ser que ya no está con nosotros. Zarandeamos todo lo vivido y nos va quedando lo más lindo: palabras, gestos, actitudes, fiestas, momentos. A todo eso lo llamamos Pascua, porque pasamos la felicidad vivida por nuestro corazón y lo convertimos en Resurrección. Ahí el ser amado se convierte en Vida. No es ciencia, es Misterio. El misterio se cree o se deja, no hay explicación ante esa palabra tan grande, pero que habita en lo profundo de nuestro espíritu.

Justamente quiero rescatar y cerrar esta memoria de Carluncho con palabras suyas que me escribió a propósito del fallecimiento de un familiar suyo: Y el cura estuvo muy bien en sus palabras durante la ceremonia...Me parece que bien que se muestre humanidad en estos momentos que son tan dolorosamente humanos, aunque a veces unos los espera cuando llegan uno se enfrenta a un misterio que nos duele siempre, en especial a los chicos. Siempre vivirlo con la mayor naturalidad posible y haciendo "fiesta" de los momentos, palabras y gestos que hemos compartido con el ser querido. Siempre digo que la muerte es un paso más en la vida, como nacemos y lloramos porque venimos de estar bien en el vientre materno y pasamos a un mundo desconocido, así creo que será el paso de aquí a un lugar que viviremos transformados e iluminados. El tiempo de estar aquí es es el que tenemos que vivir, ni más ni menos.”.

Carluncho un abrazo “al” Carlitos Miretti, “al” Claudio Ferrario, “al” Manuel Amali, “al”  Norberto Bertini, “al” Sergio Amantini, “al” Danielito Mari, “al” Juan Carlos Gieco, “al” Tofito Sufía…con toda esa gente linda estarás, seguramente esperándonos a nosotros.

Allí dándole a la raqueta de tenis, preparando un fuego para compartir algo a las brasas, escuchando música y debatiendo de las cosas lindas de la vida para siempre….

Hasta el reencuentro, fuimos compañeros en el colegio y después de años cultivamos la amistad purificada por el paso del tiempo, que nos ayudan a madurar y a vivir las cosas con más sabiduría.

Un abrazo Carluncho…

 

 

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